A día de hoy, aún existen muchos centros educativos públicos y privados que no poseen edificios accesibles para alumnos con discapacidad o movilidad reducida. De hecho, forman parte de una realidad que hay que cambiar para garantizar el acceso a la educación a todos los alumnos.
Muchos de esos colegios o centros están ubicados en edificios antiguos y carecen de soluciones técnicas o recursos óptimos para eliminar las barreras arquitectónicas. Así, con el inicio de un nuevo curso, esas necesidades especiales vuelven a estar presentes e incluso aparecen otras diferentes, de ahí que en ocasiones sea preciso adoptar ciertas medidas con carácter urgente.
¿Qué tipo de barreras arquitectónicas existen en los centros educativos?
Las barreras arquitectónicas forman parte de nuestro día a día y también están presentes en los centros educativos. La atención a la diversidad en el sistema educativo debe centrarse, entre otras cosas, en las trabas que encuentra el alumno al acceder al centro y al desplazarse por su interior e incluso por el propio aula.
Facilitar el libre acceso al centro debe ser un objetivo a cumplir en cualquier institución educativa que se precie. Una de las primeras barreras con la que los alumnos suelen encontrarse tiene lugar en la propia entrada al edificio. Esta situación puede generarse por varias razones, bien por la ausencia de rampas o por el diseño ineficaz de las puertas de entrada.
Asimismo, los alumnos con movilidad reducida pueden presentar problemas para desplazarse con libertad por los diferentes espacios del centro. De ese modo, no sólo podemos encontrarnos con problemas de accesibilidad en la entrada sino a la hora de desplazarse por el edificio y dentro del aula.
¿Cómo podemos mejorar la accesibilidad en los centro educativos?
Existen diferentes soluciones de accesibilidad ideadas para cualquier tipo de barrera u obstáculo, que asegure la mayor autonomía y seguridad para los usuarios afectados. Una de las opciones más recurrentes consiste en la instalación de rampas para salvar los escalones de la entrada, tanto en la puerta principal como en las puertas accesorias.
De ese modo, las personas con incapacidad temporal o con movilidad reducida no estarán obligadas a acceder al centro por una puerta lateral, posibilitando su entrada como sucede con el resto.
Otra alternativa son las plataformas salvaescaleras instaladas en escaleras de uno o varios tramos, que pueden manejarse fácilmente con tan sólo apretar un botón. De todas formas, en algunos casos, la opción idónea consiste en la implantación de elevadores de corto recorrido, fáciles de instalar y mantener.
En cuanto al ascensor, pese a ser la solución más costosa con mayor implicación de obra, se trata de la opción de accesibilidad por excelencia. No obstante, no siempre es viable a nivel técnico o por presupuesto, de ahí que lo más adecuado sea pedir asesoramiento profesional.
Subvenciones Comunidad de Madrid
Las barreras arquitectónicas en centros educativos son obstáculos físicos que dificultan la libertad de movimiento a las personas con limitaciones en la movilidad,lo que complica su acceso a la educación.
En el pasado, los alumnos con minusvalía o los que habían sufrido algún percance en el patio en forma de tobillo roto o similar, debían cambiar de aula. Sin embargo, es fundamental facilitar su integración, de forma que puedan asistir a sus clases con normalidad junto al resto de sus compañeros.
Uno de los problemas que se observan es la falta de recursos y ayudas existentes, por esa razón muchos centros aún cuentan con barreras que impiden el acceso por igual a todos los alumnos.
Los centros educativos suelen quejarse en este sentido, pues la mayoría de las ayudas económicas actuales están destinadas a fomentar actuaciones de adaptación a viviendas y comunidades de vecinos, con objeto de mejorar la calidad de vida de los residentes con movilidad reducida.
A pesar de la existencia de legislaciones y normativas que regulan este aspecto, parece insólito que muchos edificios destinados a la prestación de servicios educativos no dispongan de subvenciones para ascensores y otros recursos necesarios para adaptar los espacios. De hecho, la comunidad educativa no siempre puede actuar por su cuenta en materia de accesibilidad al ser competencia de ayuntamientos o administraciones públicas.
La realidad es que muchos centros no disponen del respaldo económico suficiente para solucionar el problema, cuando la adaptación del espacio y las ayudas técnicas son imprescindibles para facilitar el buen desarrollo de tareas escolares y el logro de objetivos académicos.
Proyectos de accesibilidad en colegios
Mientras las barreras arquitectónicas persistan, no se podrá garantizar una educación de calidad para todos. Que una simple escalera se convierta en un muro infranqueable para algunos alumnos, supone un impedimento en la igualdad de oportunidades.
Estos son algunos de los proyectos que hemos llevado a cabo en colegios y centros educativos:
La idea era acabar precisamente con esos muros infranqueables de los que hablábamos, haciendo más accesible la entrada al edificio. En este tipo de proyectos pretendemos solucionar problemas de accesibilidad situados en la entrada de los edificios a través de la instalación de ascensores exteriores de gran calidad.
La implantación de un ascensor aporta bienestar y mejora la calidad de vida de aquellas personas que realmente lo necesiten. De hecho, son la opción más solicitada, aunque cuando su instalación resulta inviable, las rampas o salvaescaleras son otros métodos efectivos para mejorar la accesibilidad del edificio.