Las personas con movilidad limitada deben enfrentarse a barreras arquitectónicas que dificultan su día a día. Durante mucho tiempo, su calidad de vida se ha visto mermada, de ahí que la Ley de Propiedad Horizontal haya sido reformada para recoger obras de adaptabilidad y accesibilidad.
La idea es adaptar el entorno y adecuar el mobiliario vigente para que las personas que sufren algún problema de movilidad se sientan seguras, cómodas y autosuficientes. El fin, por tanto, es suprimir las barreras arquitectónicas para acceder con autonomía y libertad a un edificio o vivienda.
Lugares para instalar una solución de accesibilidad
Cualquier vivienda que se precie debe favorecer la independencia del individuo que la habita, así como su dignidad, bienestar y seguridad. Tanto igual sucede con respecto a una persona con discapacidad, siendo posible acceder a una casa adaptada a su situación.
La movilidad vertical en edificios es uno de los problemas principales a los que deben enfrentarse las personas con movilidad reducida. Las escaleras suelen emplearse para superar este obstáculo, pero en este caso es conveniente combinarlas con otros mecanismos para acercarse al perfecto diseño de accesibilidad universal.
Lo lógico es incluir rampas de acceso al portal y otros sistemas beneficiosos como las sillas o plataformas salvaescaleras acopladas en la propia escalera.
A la hora de alcanzar diferentes niveles de un mismo edificio, los aparatos elevadores y los ascensores se convierten en esenciales. Ahora bien, deberán cumplir algunos requisitos de accesibilidad para evitar graves situaciones de discriminación.
Factores que dificultan la instalación
La Ley de Propiedad Horizontal establece que la mayoría de los propietarios deben ponerse de acuerdo a la hora de instalar plataformas elevadoras, rampas y salvaescaleras.
No obstante, la actual reforma aborda el tema desde el punto de vista de las personas con problemas de movilidad reducida que lo necesitan y lo solicitan, tomando carácter obligatorio siempre y cuando las obras contempladas no superen las doce mensualidades de gastos comunes, una vez descontadas ayudas y subvenciones.
Cuando el coste de la obra es superior, la comunidad de vecinos determinará si finalmente se llevarán a cabo las obras. Si la mayoría ha votado en contra (lo cual no se exime de la obligación), puede ser un juez competente el que se pronuncie al respecto. Ahora bien, acudir a los tribunales no siempre es la mejor opción, pues puede convertirse en el detonante de una convivencia tensa.
Lo ideal sería llegar a un buen entendimiento que estuviera basado en el respeto y en la inclusión social. No hay que olvidar que, tarde o temprano, estas medidas facilitarán la vida al resto de inquilinos.
Soluciones de accesibilidad según el lugar
La vivienda es un elemento clave que no puede faltar en nuestra vida. En este espacio creamos un ambiente propicio para vivir y desarrollamos las relaciones interpersonales con nuestros seres queridos.
La accesibilidad forma parte de un derecho al que nadie debe renunciar, especialmente las personas que sufren algún tipo de discapacidad. Dicho esto, existen diferentes opciones para acabar con las barreras arquitectónicas de cualquier edificio. Estas son las más acertadas dependiendo del lugar:
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- Los elevadores residenciales son perfectos para viviendas unifamiliares de varios pisos. Ocupan menos espacio de lo que cabría esperar, aunque sí el suficiente como para incluir una silla de ruedas y un acompañante si así se requiere.
- Ascensores a nivel de portal o calle. Se refiere a la instalación de elevadores a nivel cero con los que obtener un acceso cómodo y directo desde el mismo nivel de la calle.
- Plataformas elevadoras abiertas de corto recorrido que pueden instalarse en el interior o exterior de una vivienda. Esta solución permite salvar los tramos de peldaños entre el portal y el ascensor.
- Plataformas salvaescaleras especialmente indicadas para salvar pequeños desniveles. Se adaptan a todo tipo de escaleras rectas, curvas o con rellanos.
- Sillas salvaescaleras para subir escaleras rectas o curvas sin dificultad. Se trata de una opción económica especialmente útil en aquellos edificios donde no es posible llevar a cabo otra instalación.
- Rampas ocultas automáticas de reducido tamaño y mínimo desembolso para acceder a los edificios que presenten uno o dos escalones en la entrada.
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