Actualmente son muchos los edificios que poseen algunos escalones en la entrada, algo que puede dificultar el acceso a personas mayores o con problemas de movilidad. Desde diciembre de 2017, todas las comunidades de vecinos están en la obligación de hacer tantos ajustes en materia de accesibilidad como sean necesarios para acabar con este tipo de barreras arquitectónicas. Una de las opciones más efectivas que existen actualmente para combatirlas es la instalación de rampas para discapacitados.
Preguntas frecuentes y dudas
A continuación vamos a plantear las dudas más comunes relacionadas con la implantación de rampas de accesibilidad. Trataremos de resolverlas de la forma más clara y concisa posible, aunque si buscas el mejor asesoramiento también puedes contactar con nuestro equipo de expertos.
¿Cómo ha de ser una rampa de accesibilidad?
La construcción e instalación de rampas de accesibilidad tienen que cumplir la normativa descrita en el Código Técnico de Edificación (CTE). Como especialistas en soluciones de accesibilidad a medida, cuando realizamos cualquier fabricación o instalación de un elemento de accesibilidad debemos regirnos por el CTE y concretamente por el DB SUA 2 y el DB SUA 9. A continuación enunciamos algunos de los requisitos técnicos de debe cumplir una rampa:
Pendiente máxima
La inclinación máxima de la rampa no puede superar los 12º para exteriores. En caso de que la rampa sea interior el máximo grado de inclinación será de 10º.
Colocación de pasamanos
La instalación de un pasamanos es obligatoria al menos en uno de los dos lados para pendientes superiores al 6% con diferencia de cota de 5,5 cm. En caso de que la inclinación de la rampa supere el 6% con una altura de más de 18,5 cm, la colocación de los pasamanos será obligatoria a ambos lados.
Las rampas de accesibilidad permiten salvar alturas de hasta 36 centímetros, lo que equivale a dos peldaños estándar. Si hablamos de una altura superior, es decir, mayor número de escalones, otras soluciones eficaces son las sillas y plataformas salvaescaleras.
Las rampas de accesibilidad deben ser robustas y soportar pesos de hasta 300 kg para incluir sillas de propulsión eléctrica, así como a sus acompañantes. Además, estamos hablando de aparatos de bajo consumo eléctrico, equivalente a cualquier electrodoméstico del hogar. De ese modo, su eficiencia económica está presente en su instalación y uso.
El sistema de esta rampa integrado en un cajón recogedor está compuesto por un cuadro de maniobra y un cuadro de conexiones para manejar la rampa sin dificultad, así como una rampa desplegada para que su impacto funcional y estético sea mínimo.
¿Cómo funciona una rampa de accesibilidad automática?
En realidad, su funcionamiento y manejo es tan simple como sencillo. La rampa de accesibilidad posee unos mandos de control disponibles para el usuario en la pared más próxima o desde una aplicación móvil. Con ellos, la rampa podrá plegarse o desplegarse en cuestión de segundos.
La gran utilidad junto a la sencillez e inmediatez de uso de las rampas para sillas de ruedas y personas con movilidad las convierten en la solución perfecta para solventar este tipo de inconvenientes en la entrada de un edificio.
¿Cómo se lleva a cabo su instalación?
Su instalación es realmente sencilla, de hecho no es necesario hacer obra, salvo un trabajo de adaptación mínimo. Se puede decir que su instalación se lleva a cabo en dos fases. En primer lugar se procede a la excavación de un máximo de 10 centímetros para instalar el cajón recogedor donde irá la maquinaria de tracción y la rampa automática.
En la última fase se realizará el montaje de la línea eléctrica para alimentar la rampa, teniendo en cuenta el enchufe o caja de distribución más próxima. Asimismo, el montaje de las partes mecánicas y eléctricas de la misma, así como las pruebas pertinentes y su puesta en marcha para comprobar que todo funciona correctamente.
Al hablar de las rampas de accesibilidad, hemos hecho alusión varias veces a su capacidad de plegado y desplegado para solventar problemas funcionales y reducir mínimamente el impacto estético.
En Excelsior contamos con rampas ocultas automáticas, que permanecen ocultas en un cassette metálico empotrado en la parte superior de los peldaños, que alberga sus elementos mecánicos y eléctricos.
Este mecanismo de accesibilidad se despliega automáticamente y ofrece una resistencia de hasta 250 kg. Desde el dispositivo móvil es posible controlar tanto la rampa como la puerta del portal para facilitar al máximo el proceso y posee diferentes opciones de seguridad: luces laterales y superiores de presencia, detector de obstáculos y señal acústica al plegar y desplegar.
Unos pocos escalones en el vestíbulo principal de un edificio pueden significar un obstáculo infranqueable para personas mayores o discapacitados que se desplazan en silla de ruedas. Por suerte, las rampas para discapacitados facilitan la accesibilidad a estas personas de una forma sencilla, rápida y cómoda.
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