Muchas personas sienten miedo hacia algún animal, objeto o situación del día a día. Este temor irracional, que no son capaces de controlar, es conocido como fobia, algo que nos hace pasarlo muy mal y vivir episodios realmente angustiosos.
Una de las fobias que aparecen con mayor frecuencia es la claustrofobia o miedo intenso a espacios cerrados y reducidos. Quien lo padece, lo imposibilita para reaccionar y llevar a cabo acciones comunes como coger un ascensor.
Estos espacios dan sensación de inseguridad y, según varios estudios científicos, cerca de un 8% de la población lo padece. De cualquier forma, es posible trabajar el miedo para superarlo, bien por iniciativa propia o con ayuda de profesionales. Lo que sí requiere es constancia y valentía para verse reducido hasta desaparecer.
¿Qué provoca la claustrofobia en ascensores?
Las fobias suelen aflorar tras haber experimentado algún momento traumático. En el caso que nos ocupa, es posible haber vivido un episodio complicado en el ascensor o en un espacio reducido. De hecho, es común encontrarnos con personas que padecen claustrofobia tras haberse quedado atrapadas en un elevador en algún momento de sus vidas.
La respuesta lógica ante esta situación es miedo, algo que se queda guardado en la memoria y cuyo recuerdo puede jugarnos malas pasadas. Además, los ascensores son espacios limitados que pueden provocar estrés y sofoco ante la creencia errónea de que, ante una emergencia, es muy difícil salir de allí.
Cómo superar el miedo al ascensor
Actualmente podemos emplear diferentes terapias, todas ellas válidas para vencer el miedo al ascensor. Muchas personas poseen la fuerza de voluntad necesaria para hacerlo por sí mismas, mientras que otras han de recurrir a otros métodos, ya sean farmacológicos, psicológicos o médicos.
- Intentarlo por uno mismo. Lo primero es pensar en las miles de personas que diariamente cogen un ascensor sin que suceda nada. Si ninguno de ellos ha tenido un solo problema, ¿por qué tendría que pasarte a ti? Las primeras veces es aconsejable buscar el apoyo de una persona cercana o de confianza para reducir el temor. Es lógico que cueste un poco superarlo, pero poco a poco el miedo desaparecerá.
- Técnicas de relajación. Se trata de una terapia guiada normalmente por un coach o psicólogo, aunque cabe la posibilidad de practicarlo sin ayuda. La idea es utilizar la relajación como método para calmar la obsesión ante un espacio claustrofóbico como el ascensor.
- El psicoanálisis es una manera de llegar hasta la causa más profunda del miedo. El experto se encargará de analizar el pasado de su paciente para saber de dónde viene el pánico a los espacios cerrados. Tras descubrirlo, el siguiente paso es racionalizar la situación y tratar de derribar los argumentos que tratan de justificar la fobia.
- La terapia cognitiva del comportamiento debe ser practicada por un psicólogo. El objetivo es controlar los pensamientos del claustrofóbico ante las situaciones que provocan miedo, como montar en un ascensor. Al principio es normal ofrecer resistencia, pero al final se obtienen resultados favorables al cambiar la reacción.
- La terapia psicofarmacológica solo se aplica en los casos graves que condicionan muy negativamente la forma de vivir del paciente. En este caso, el psicólogo y el psiquiatra combinarán sus esfuerzos para impartir una terapia cognitivo conductual hasta que la persona afectada de claustrofobia pueda volver a llevar una vida normal.
Antes de recurrir a cualquier terapia desempeñada por un profesional de la salud, es aconsejable superar el miedo por uno mismo. Se puede empezar con ejercicios de meditación y relajación para después enfrentarse al miedo. Ahora bien, ante la imposibilidad de hacerlo frente, lo mejor es contar con expertos que aporten seguridad y los mejores consejos para superar la claustrofobia o miedo paralizante al ascensor.