Muchas personas creen que las palabras elevador y ascensor significan lo mismo. Sin embargo, aunque en ambos casos se trate de aparatos de elevación instalados permanentemente en edificios para el transporte de personas y objetos, son bastantes las diferencias que los distinguen. De hecho, cada uno de ellos sirve para satisfacer necesidades concretas que difieren entre sí.
Ascensor y elevador: diferencias
Las ascensores son más rápidos y su principal diferencia con respecto a los elevadores reside precisamente en la velocidad pero también en el mantenimiento. Así, mientras el ascensor está sujeto a revisiones mensuales, el elevador lo requiere una vez cada cuatro meses.
El elevador necesita un espacio muy reducido para su instalación, de ahí que sus requisitos técnicos sean menores. Al requerir obras más sencillas, el coste final resulta más económico. Además, dado que este tipo de aparato es más pequeño, su consumo energético también es inferior.
Ahora bien, el elevador está preparado para ser instalado en chalets o edificios de pocas plantas, no mas de 4 alturas y con tráfico reducido, así que a la hora de tomar la decisión correcta tendremos que tener en cuenta algunos aspectos importantes. Una vez analizadas las necesidades del edificio, tendremos que decidir si lo más conveniente es optar por un ascensor o un elevador.
Los dos aparatos sirven para eliminar barreras arquitectónicos. Sin embargo, a la hora de elegir correctamente habrá que tener en cuenta el emplazamiento, el recorrido total y el tráfico que soportará.
Ambos productos son seguros, prácticos y fiables, aunque sus respectivos diseños presentan particularidades muy diferentes. La mejor forma de resumirlo guarda relación con el tipo de instalación. Las versiones unifamiliares solo son aptas para edificios de pocas plantas, mientras que los ascensores tradicionales han sido diseñados para prestar servicio en edificios más altos de mayor recorrido.
Ventajas de un elevador
- Al tener unas medidas más pequeñas, el elevador requiere menos requisitos de obra civil que el ascensor común, siendo más asequible. Además, este tipo de aparatos cuentan con un sistema energético de gran eficiencia. De ese modo, consumen la misma energía que cualquier electrodoméstico común sin que sea necesario ampliar la potencia para hacerlo funcionar.
- Como ya hemos mencionado, el coste del elevador es inferior, tanto en lo que se refiere a la adquisición del aparato, como en su instalación y obra. Su velocidad está limitada a 0,15 m/seg., lo que hace que requieran un dimensionado y una potencia inferiores que sean acordes a la misma.
- Los elevadores son más flexibles a la hora de adaptarse al espacio que tenemos. De hecho, con las mismas medidas de hueco, es posible obtener una mayor dimensión de cabina. Incluso puede funcionar sin puertas, algo que aumentaría las dimensiones útiles de la misma.
- Otro punto a su favor es que, pese a que los elevadores actuales requieren menos requisitos, sus acabados son similares a los del ascensor convencional. Asimismo, se pueden personalizar y su diseño admite multitud de posibilidades.
- En cuanto a su conservación, las visitas para su mantenimiento preventivo tienen mayor periodicidad: cada cuatro meses, a diferencia de los ascensores, que la frecuencia de visitas es mensual, y por tanto su coste mantenimiento es más alto.
Ventajas de un ascensor
Al enumerar las numerosas excelencias del elevador residencial, podríamos pensar que resulta más ventajoso que el ascensor convencional. Sin embargo, este último cuenta con ciertas capacidades superiores que resultan inviables en el caso del elevador, como son su mayor capacidad de carga y resistencia al tráfico intenso de personas, que en el caso del elevador dado que técnicamente sus motores son mas pequeños, tienen limitados estos dos aspectos.
De ese modo, mientras los elevadores están indicados para viviendas unifamiliares o edificios con no más de 4 alturas y poco tráfico, los ascensores convencionales están preparados para construcciones con mayor número de plantas y/o con tráfico elevado. Además, en este caso, su mayor velocidad supone una clara ventaja, principalmente en aquellos casos donde el tráfico de pasajeros es constante y complejo o hay un elevado número de plantas.
Además, la tecnología actual nos ha permitido crear productos perfectamente adaptables a los espacios más exigentes o donde sean precisas instalaciones especiales, dando lugar a aparatos de gran robustez, agilidad y fiabilidad. De ese modo son capaces de elevar grandes cargas a mayores velocidades sin ningún problema.
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