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Ventajas de los elevadores residenciales

Años atrás parecía impensable contar con un ascensor o elevador en una vivienda unifamiliar. No todo el mundo podía permitirse un elemento tan costoso, cuyos gastos de mantenimiento suponían otra contrariedad más a tener en cuenta. Por suerte, la situación ha cambiado y los elevadores residenciales se abren camino para mejorar la accesibilidad de una vivienda.

De un tiempo a esta parte, adoptar este tipo de solución en edificios de una o varias plantas se ha convertido en una apuesta segura que no ha hecho más que crecer. Y es que no hay que olvidar que los requisitos exigidos a nivel técnico son menores y que la inversión resulta más asequible.  

Principales diferencias entre un elevador residencial y un ascensor tradicional

El ascensor doméstico está diseñado para eliminar las barreras arquitectónicas existentes entre varias plantas. Se trata de un producto con un coste inferior, cuya reforma resulta más simple teniendo en cuenta la de un ascensor convencional.

Ambos elevadores son funcionales, seguros y fiables, pero cada cual posee sus diferencias, de ahí que resulte conveniente conocer las particularidades de cada diseño. Una de las diferencias más destacadas hace referencia a la velocidad. Así, mientras el ascensor convencional alcanza una velocidad de 0,6 metros por segundo o más, el elevador residencial es bastante más lento, desplazándose a una velocidad máxima de 0,15 m/s.

El tipo de instalación también los distingue. El ascensor tradicional encaja en cualquier edificio, mientras que la versión unifamiliar, dada su velocidad reducida, es apta para edificios de pocas plantas.

elevador residencial post

Por otro lado está el hecho de que el elevador doméstico no requiere cuadro de máquinas. Esta situación permite ahorrar muchos quebraderos de cabeza a los propietarios, por no hablar del espacio inferior que ocupará en la vivienda.

Las excelencias del ascensor doméstico o unifamiliar

Sea como sea, solo hay que echar un vistazo a las ventajas del elevador residencial para darnos cuenta de las diferencias existentes con respecto al ascensor convencional. Este sistema de elevación es mucho más asequible y posee ciertas características que facilitan enormemente su instalación.

Desde Excelsior queremos hacerte partícipe de sus excelencias para que estés al corriente de su gran potencial y rendimiento en viviendas particulares. 

  •         Menor coste. El precio de instalación de un elevador residencial es más reducido que el de un ascensor tradicional. No solo en cuanto a la reforma o los materiales empleados, sino en lo que se refiere a sus requisitos de obra, conservación y mantenimiento, claramente inferiores. 
  •         Accesibilidad y comodidad. Son la solución idónea para potenciar la autonomía de personas con movilidad reducida. La idea es aumentar el nivel de accesibilidad en la vivienda y ofrecer mayor independencia. Gracias a los elevadores residenciales, las personas con movilidad reducida pueden desplazarse planta por planta con cualquier tipo de peso hasta un máximo de 385kg, siempre y cuando sea para su propio desplazamiento.
  •         Menor espacio de instalación. Los mecanismos que necesita no son tantos, lo que posibilita el aprovechamiento del espacio disponible. Además, es posible instalarlos con un foso reducido o sin foso con la incorporación de una pequeña rampa.
  •         Instalación más sencilla. Los requisitos de instalación son menores. Sin ir más lejos, el elevador requiere 0,10 o 0,25 metros de profundidad para ser instalado, y un margen de altura, desde el piso al techo de la última planta, de 2,30 metros. Sin embargo, un ascensor convencional precisa 300 mm de profundidad como mínimo y una altura preestablecida de 2,80 metros.
  •         Menor consumo eléctrico. Este tipo de elevadores aptos para viviendas particulares tienen un consumo eléctrico inferior a los convencionales. De hecho, pueden funcionar perfectamente con la tensión empleada en la vivienda, sin necesidad de contratar una línea trifásica
  •         Tareas de mantenimiento y conservación. El mantenimiento en ascensores convencionales tiene lugar con carácter mensual. En el caso de los elevadores domésticos, se realiza cada 4 meses, lo que conlleva un ahorro significativo. 

 
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